Justicia, transparencia y respeto

Toda institución sea pública o privada ha de disponer de unos valores bien definidos, una marca de distinción, unas palabras que por si solas definan los objetivos fundamentales de la misma, esto forma parte de la carta de presentación, es parte del ser de la propia empresa, es mostrar su manera de actuar. Si repasamos los valores de empresas muy conocidas en sectores tan diversos como las bebidas de cola, la energía eléctrica, la seguridad, entre otras vemos que definen sus valores con estos términos: liderazgo, colaboración, integridad, pasión, diversidad, calidad, proactividad, excelencia, marca, trabajo en equipo, compromiso social, lealtad, innovación…

¿Y las instituciones sanitarias? Pues también definen sus valores con términos como los siguientes: conocimiento, humanismo, calidad, iniciativa, accesibilidad, acogida, pericia, confianza…

Y, ¿un gestor sanitario tendría que tener valores?

Mi opinión personal es que cualquier gestor ha de tener sus propios valores a defender bajo cualquier concepto, valores intrínsecos a mantener durante su ejercicio como gestor, valores que permitan a su centro de trabajo y a los profesionales que con el trabajan identificar esa manera propia de actuar.
Como gestor sanitario, y a lo largo de mi desempeño profesional, valorando todas las experiencias vividas he ido componiendo mi línea de valores, unos valores que siempre he procurado mantener, ya que son mis señas de identidad, rasgos personales, maneras de vivir la gestión, que por propio interés se han de mantener vigentes e incorruptibles a lo largo del tiempo.

Justicia, trasparencia y respeto

Justicia: Equidad en la toma de decisiones, sin influencias, haciendo uso de las normativas vigentes sin excepciones. Con trato igualitaria sin distinción, el ser justo va a aumentar nuestra credibilidad como gestores sanitarios.

Transparencia: No hay nada que enfade más a los profesionales que un gestor que no sea transparente. La ocultación de información, sea la que sea, lo único que consigue es que los profesionales pierdan la confianza en el gestor. La transparencia se puede conseguir de muchas maneras: información universal a todo el personal, actualmente es un valor fácil de conseguir: medios telemáticos a nuestra disposición: e-mail, intranets… Que nadie puede estar desinformado para evitar ser acusados de no ser transparentes.

Respeto: Los profesionales merecen TODO el respeto por parte de sus mandos, un gestor que pierda el respeto por sus subordinados deja de merecer la confianza. No hemos de olvidar que a pesar del puesto que ocupemos en la organización, todos merecemos respeto.

¿Qué os parecen estos valores?

¿Son adecuados para un gestor sanitario?

Comprendo que la lista de valores podría ser mucho más amplia, pero sucedería como con los objetivos de un trabajo científico, ¿Cuántos objetivos nos planteamos?, soy de la opinión que hay que plantearse objetivos medibles, asumibles, potencialmente resolutivos, y escoger estos tres valores permite una combinación práctica excelente para poder obtener una respuesta adecuada, con niveles de confianza muy buenos, que mantengan la credibilidad.

Los gestores sanitarios con valores claros y definidos, comprometidos con la institución y sus profesionales, y lo que nunca se debe olvidar: tus valores se han de respetar siempre.

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