El síndrome del carrito del super

Hoy tenemos la colaboración de un buen amigo, Pedro Jaén Ferrer @pjaenf_jan Diplomado en Enfermería (UB), Máster en gestión de enfermería (UB), Máster en Geriatría (UB), Máster en Gestión de Organizaciones no Lucrativas (UB). Experto en Formación de Formadores, Formador en diversas organizaciones. Experto en Coaching esencial y técnico superior en Coaching personal, y que nos envía estas reflexiones basadas en su experiencia como gestor de enfermería, nos permite conocer una nueva definición:

“El síndrome del carrito del súper”

Durante mi etapa en el Ecosistema de la supervisión de enfermería y en los innumerables cursos de gestión impartidos, he oído siempre la siguiente reflexión, por activa y por pasiva: los mandos intermedios (se nos llama de diferentes maneras) sois como un “sándwich” os presionan por arriba y os presionan por abajo.

Esta frase resonaba en mi cabeza, y fue al dejar la gestión cuando pude observar que no solo podemos sentirnos sándwich, sino que muchas veces y sin saberlo padecemos el que yo denomino “Síndrome del carrito del súper”.

Paso a describir los síntomas; si alguno/a se siente identificado/a, a partir de ahora cuando hable de carrito hacedme el favor de pensar y visualizar vuestro ecosistema particular.

El Carrito se mueve por una cantidad de dinero que no es equiparable a la responsabilidad que se le pide. (Diferencia escala salarial poco significativa)

El Carrito es empujado (presionado) para realizar su trabajo, pero muchas veces cambiando de dirección y sin prioridades. (Objetivos mal definidos).

El Carrito ha de conocer toda la organización pero su hábitat normalmente está fuera del núcleo de la misma. (Falta de estructura y sentimiento de pertenencia)

La impresión general sobre los Carritos es que siempre están reunidos, y son poco efectivos. Y es por eso que otros componentes de la organización pueden solucionar los problemas que surgen como “las bolsas”. (Lideres informales)

El Carrito da la sensación de uniformidad: todos alineados; pero en realidad las cadenas que les unen (normas, falta de liderazgo, trabajo en equipo etc.) no les permiten capacidad de gestión efectiva.

El Carrito en ocasiones recibe un trato brusco y se le carga con responsabilidades que no corresponden a sus funciones. (Indefinición de cargo).

El Carrito ha evolucionado poco. Ha pasado de ser de hierro forjado a ser de plástico, en teoría más manejables (nuevos estilos de liderazgo pero con los mismos resultados). Eso sí, en algunos supers han introducido carritos más pequeños sin monedas, más manejables y que sí están dentro de la organización. (Coordinadores, Transversales)

El Carrito con el tiempo a veces no obedece la dirección marcada y como resultado se le aparta de la fila y se le puede ver vagando tiempo y tiempo. También lo podemos encontrar fuera abandonado por todos, los de arriba y los de abajo, y en el mejor de los casos puede aparecer en otro súper con la paradoja de ser “igual pero a la vez diferente que el carrito de la nueva organización”.

El Carrito podría perdurar en óptimas condiciones, minimizando el riesgo de padecer el Síndrome, con un buen mantenimiento por parte de la organización. (Motivación, Reconocimiento, Salario adecuado…).

 

Nota del editor: ¿qué os parece este nuevo síndrome descrito por Pedro Jaén? ¿Te sientes identificado? o por el contrario ¿Identificas a alguien?
Debatamos…. y muchas gracias por ayudarnos a entender Pedro

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.