Pedro Jaén nos hace reflexionar sobre el LIDERAZGO EN TIEMPOS DE CRISIS
Es en los momentos de crisis donde lo único constante es el cambio y donde prima la incertidumbre; es cuando, por norma general, el liderazgo se pone a prueba.
Pero ¿qué es una crisis? Según la RAE Cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación, o en la manera en que éstos son apreciados. Situación mala o difícil.
La verdadera prueba de liderazgo no se produce cuando todo está tranquilo y sin problemas. Muchas crisis son impredecibles y eso significa que los líderes no tienen tiempo para prepararse y a menudo hay que tomar decisiones sobre la marcha teniendo que ser no solo rápidos sino también cautelosos en sus actos. Es por eso que su comportamiento y su forma de actuar durante la crisis establecerán su reconocimiento como buenos o mal líderes.
¿Qué pautas o actuaciones serian oportunas llevar a cabo?:
Proyectar confianza y honestidad, Ser Auténtico
Confianza. Durante una crisis todos buscan a un líder para saber qué hay que hacer o para tranquilizarse. Si un líder proyecta miedo e inquietud, esa inquietud se transmite a todos los demás, como una enfermedad contagiosa.
La honestidad. Si bien la necesidad de afirmar que “todo va a estar bien” va a ser una constante, exagerar o subestimar la magnitud de una situación no ayudará en lo más mínimo. Es importante que los líderes sean realistas.
Ser auténtico. Es absolutamente necesario que los líderes parezcan ser “dueños” de la situación sin mentir, ya que las personas necesitan a alguien en quien puedan confiar, no a alguien a quien necesiten tranquilizar.
Ser creíble y honesto.
Mantente positivo
Ésta es una de esas cosas que es más fácil de decir que de hacer. Después de todo, ¿cómo te mantienes positivo cuando sucede todo lo que podría salir mal? Esto no quiere decir que los líderes tengan que ser ciegamente optimistas, incluso cuando el resultado parece indicar lo contrario.
En situaciones normales, es importante identificar el problema real e intentar resolverlo en lugar de reaccionar a los síntomas.
En una crisis, el reto es liderar el proceso y conseguir trasladar la impresión de que la organización sabe afrontar el problema.
Mantén la calma, no actúes aceleradamente.
Un líder debe proporcionar dirección y responder a la situación de manera oportuna. Si tú como líder actúas de forma acelerada puedes llegar a poner nerviosa a la gente.
“Sé rápido pero no te apures”. Frese de John Robert Wooden
Esto no solo se aplica al comportamiento personal; un líder nunca puede permitirse perder la compostura, por lo menos en público. Hay que controlar las emociones en los momentos álgidos. Si sufres ataques de pánico como líder en una crisis, considera pedir ayuda a alguien que sea capaz de ayudarte y dar la respuesta operativa adecuada.
En una crisis, nadie quiere escuchar a un líder que entra en pánico, ya sea a través de de su actitud como de la comunicación que emplea y los mensajes que lanza…
No critiques a la organización.
Controla el caos
En una crisis, un ambiente de trabajo puede generar rápidamente el caos a consecuencia de todas las emociones que se acumulan, como el estrés y el miedo. El líder debe tomar el control, esto podría implicar delegar tareas y hacer que todos los involucrados estén enfocados y decididos a completar la tarea en cuestión.
Cuando las cosas suceden rápidamente, nadie puede tener el control, pero un líder sí puede asumir el control. Es decir, tú no controlas el desastre, ya sea artificial o natural, pero puedes controlar la respuesta.
Por mucho que nos guste ver a los líderes intervenir y ayudar con el trabajo pesado, hay un límite. El papel principal de un líder es establecer la dirección.
Identificar y resolver el problema es apremiante, pero tómate un momento para descubrir qué está pasando y cómo actuar.
De antemano, planifica cuándo y cómo. Y en qué invertir tiempo y recursos.
Prepárate para lo inesperado.
Tampoco te atrincheres en el despacho; hay que salir y hablar con el personal, los pacientes y las familias.
Recuerda: en situación de crisis también puedes delegar.
Gestión de las emociones las propias y ajenas.
Busca consejo
En circunstancias normales, es aconsejable buscar consejo. En una crisis, es imprescindible, ya que es probable que las consecuencias no intencionadas de sus acciones tengan un impacto más inmediato. Buscar consejo no es lo mismo que buscar consenso.
Humildad, no arrogancia.
Comunicar, comunicar, comunicar
Una crisis es un tiempo de ambigüedad. Mantén a las personas informadas sobre lo que sabes y lo que se está haciendo, con exactitud y sin demora, para impedir rumores, etc. Diles cuándo podrás seguir informándoles.
Las explicaciones deben ser breves y claras. Con transparencia y verdad. Si no lo sabes dilo y no aventures tesis, cíñete a los hechos.
Cuidado con tu comunicación no verbal ha de estar en consonancia con la verbal (Decir “todo va bien, no os preocupéis” con una caída de hombros, una mirada de resignación…No será creíble).
Comunicar lo que se hace para solucionar el problema. La prioridad es la solución, no el hecho.
Ser sincero, tener claro lo que vas a comunicar y para qué vas a comunicar.
Gestionar las personalidades, o tipologías de los trabajadores
El factor humano, en una crisis, define en gran parte lo que hará o no una organización frente a un hecho crítico.
En medio de la crisis, el equipo directivo asume las decisiones y, de acuerdo con los rasgos de personalidades de cada uno, la situación puede solucionarse o agravarse.
No hay una varita mágica para disminuir el conflicto que genera la crisis, pero sí puedes conseguir sacar el mayor potencial de los empleados, comprender sus necesidades, estilo de trabajo, conociéndolos y adaptando tu estilo de comunicación y gestión a cada personalidad.
Hay que ser lo más empático y asertivo posible.
Gestionar las expectativas,
Cuando surgen problemas, la gente quiere que todo termine en este momento, pero rara vez es posible este tipo de resolución rápida. Le corresponde al líder a cargo abordar el tamaño y el alcance de la crisis. No quieres alarmar a la gente, pero no tengas miedo de hablar sobre la magnitud de la situación.
Cada persona necesita saber qué hacer y cómo hacerlo. En situación de crisis, si no conoces lo que tienes que hacer puedes entrar en un estado de bloqueo.
Dicho esto, no existe un manual útil que pueda guiar a un líder a través de una crisis. Desearos mucha suerte y buen trabajo.