Lo fácil es decir no: responsabilidad y liderazgo
En el ejercicio de la gestión, todos los que nos dedicamos a ello, hemos de tomar decisiones, muchas veces acertadas, pero también existe la posibilidad de errar en las mismas; cuando haces una recopilación de tu trayectoria como gestor sanitario, haces un balance y ese balance es el que debe dar valor a nuestras decisiones tomadas.
Lo importante de tomar decisiones, unas decisiones que implican cambios, órdenes, reestructuraciones… es cuando se debe dar valor y debe salir a la palestra uno de los puntos clave de la gestión: LAS PERSONAS.
La toma de decisiones implica influir en las personas, influencias organizativas como pueden ser cambios de servicio, de turnos, de práctica asistencial, conceder o denegar festivos… y todas estas decisiones se toman para el mejor funcionamiento de los centros de trabajo o para un determinado servicio o unidad. Aquí es donde el gestor debe asumir su papel clave para el buen desarrollo de todas estas acciones, estos cambios o modificaciones no siempre son bien acogidos por los profesionales, es la verdadera resistencia al cambio y es cuando el gestor debe hacer uso de la mejor herramienta de que dispone, el LIDERAZGO. ¿Cuántas veces, y pensémoslo bien, hemos estado vinculados como profesionales o gestores a cambios organizativos? La respuesta me atrevería a decir que está muy clara: en muchas ocasiones nos hemos visto frente al cambio, y ¿cómo lo hemos afrontado? con ganas, con resignación, con oposición, con controversia…
A buen seguro saldrán muchas formas de oposición al cambio, ya que todos reaccionamos al mismo a nuestra manera y por nuestras circunstancias personales. El verdadero líder es el que puede hacer que el cambio se realice, que se consiga cambiar y convencer a los profesionales que el cambio es bueno y necesario, ya que va a mejorar la organización y por ende a ellos mismos como parte de ella.
¿Nuestros gestores son líderes?
Gran pregunta, ya que según que tipo de líderes tengamos, podremos valorar la madurez de las organizaciones, organizaciones que buscan la mejora en su cartera de servicios, mejora de la calidad asistencial y por ello están en busca de la excelencia. Una excelencia que debe ser el objetivo a cumplir por cualquier empresa sanitaria y se debe lograr con el compromiso y la participación de todos los actores que intervienen: profesionales y gestores (sean del nivel que sean), ya que han de mostrar y ejercer trayectorias convergentes para lograr este gran objetivo estratégico común.
Hoy por hoy es necesario el rol del GESTOR TRANSFORMADOR, que a través del ejercicio del liderazgo consciente lleve a su equipo a la excelencia profesional, ese gestor que gestione equipos de personas en mayúscula y logre que los profesionales, verdadero centro del sistema, se sientan verdaderamente protagonistas del cambio.
Lo fácil es decir no, lo complejo y lo verdaderamente complicado de conseguir es el sí, el compromiso basado en la responsabilidad de todos: gestores y profesionales.