José Luis Martínez

Hoy nos tomamos un #cafeHUGES con José Luis Martínez Jiménez, técnico en prevención de riesgos laborales de la Comunidad de Madrid, un entusiasta de la humanización aplicada a las organizaciones con su proyecto “Cuidar al que cuida” que ha recibido numerosos reconocimientos, para HUGES es un placer contar con su visión de la H aplicada a la gestión.

 

1 ¿Qué es para Ud la humanización?

Mi titular sería “No es posible la humanización sanitaria si dentro de la organización no se cuidan los aspectos humanos en la relación entre los profesionales”

Actualmente la “humanización sanitaria”, es una prioridad en los Sistemas Sanitarios, el peor momento de la persona es cuando se encuentra enferma, por ello se habla del respeto de la intimidad, a la gestión de las emociones, a la importancia de una adecuada comunicación entre paciente y profesional, está en manos de los “cuidadores” ser más cercanos, solidarios y cariñosos con los pacientes.

La administración sanitaria por naturaleza, es una de las organizaciones que se han ido haciendo más complejas con el tiempo. En el nuevo paradigma de la humanización es clave destacar el papel del profesional en el logro de una asistencia más humana. Si queremos que los profesionales sean los actores principales de la humanización, es necesario cultivar buen clima laboral y salud psicosocial en los equipos.

 

2 ¿Tiene alguna experiencia personal en el mundo de la humanización de la sanidad?

Desde el 2014, junto a un equipo multidisciplinar, hemos desarrollado un programa de Salud Psicosocial y de Humanización mediante una escucha activa al profesional sanitario con cuestionarios y entrevistas personales, puesto que es una contradicción que la institución que proporciona el “mantener la salud de la población” perjudique la misma salud de sus empleados sanitarios. El objeto es potenciar la salud ocupacional desde múltiples perspectivas: desde el empleado como persona (qué piensa y cómo se siente), el clima social de trabajo (las relaciones sociales con los compañeros y jefes, el apoyo social, el estilo de liderazgo) y el ambiente dentro del trabajo.

 

3 ¿Como humanizaría el mundo de la gestión?

El gran reto actual es humanizar la gestión de las organizaciones, una responsabilidad que depende de la voluntad de los de arriba. En mi opinión, en el nuevo paradigma de la humanización “la satisfacción y el bienestar de los trabajadores es la base de un negocio productivo y sostenible “. Cuanto más se preocupa la Organización por sus empleados, mayor es el compromiso que asumen éstos por su trabajo y en el sector sanitario, se mejora y mucho la calidad asistencial de nuestro “cliente” más débil, el paciente.

 

4 ¿Opina que los valores y la ética van de la mano a la hora de re-humanizar la organización?

Por supuesto que si. Humanizar es un asunto ético, que tiene que ver con los valores que marcan el rumbo de nuestra conducta en el ámbito de la salud.

En este mundo globalizado, deshumanizado, por los avances científicos, tecnológicos y a veces, actitudes negativas, es fundamental que la bioética impulse herramientas de humanización en la asistencia sanitaria. Deshumanización, desmotivación y burn-out son situaciones que, a menudo, van unidas. Los profesionales que sufren altas dosis de estrés y que son víctimas de la autoexigencia, a menudo no son conscientes de las señales de alarma ante esta situación. Resisten y se van agotando, llegando al denominado “síndrome de agotamiento”. Llegados a este punto, suele existir un descompromiso que es deshumanizador, donde el profesional interpone una distancia emotiva con el paciente.

 

5 ¿Dónde debe iniciarse la humanización?

Por un lado, es fundamental que las instituciones sanitarias, las universidades y organizaciones que forman profesionales en salud, integren capacitaciones en humanización.

Por otro lado, la humanización no debe reducirse simplemente al buen trato, a las buenas actitudes y las relaciones respetuosas que debe recibir el paciente por parte de la institución sanitaria en la cual se encuentra, sino que debe integrar otras acciones por parte de la administración en el ámbito económico, en la gestión del talento humano, en la remuneración del personal, el reconocimiento, la formación de los profesionales, en las jornadas de trabajo, en la mejora de las instalaciones y condiciones de trabajo.

Las organizaciones sanitarias tienen el deber moral, el imperativo ético y la obligación legal de “cuidar a los cuidadores”, los cuales están expuestos a importantes cargas físicas, emocionales y psicológicas, derivadas de su dedicación y esfuerzo. Para cumplir con esta obligación, se deben marcar una serie de objetivos básicos y prioritarios:

1.Conseguir una organización con alto nivel de bienestar psicosocial y bajos niveles de estrés y burnout, malestar psicosocial y absentismo de los empleados y una mejora de la calidad de vida laboral

2.Mejorar el bienestar de los profesionales a través de intervenciones psicosociales que redunden en un aumento de la productividad, satisfacción, rendimiento y mejor servicio sanitario.

 

6 ¿Conoce a algún personaje histórico que fuera humanizador?

Aunque se trata de un personaje actual, me inclino por el Dr. Julio Zarco Rodriguez, quien representa parte del pasado, presente y futuro del fomento de la humanización sanitaria en este país, conocido por sus pacientes, compañeros, amigos y alumnos por su gran generosidad y cercanía.

 

7 Por su experiencia como cree que debería enfocar el Proyecto HUGES sus actividades?

El proyecto debería englobar la importancia de la capacitación de los profesionales en habilidades para la humanización sanitaria: como comunicación, información, empatía, escucha, gestión emocional, gestión del estrés y el miedo. Es preocupante que existan “profesionales quemados” los profesionales también son humanos.

Uno de los grandes desafíos es la conversión de los centros sanitarios en organizaciones saludables y una de las claves para hacerlo con éxito, es el nuevo modelo de “humanización”. En este modelo, se contemplan variables, como un ambiente laboral agradable y una salud psicosocial, que comienza a ser esencial frente al estímulo clásico de un buen salario.

En este contexto, debe apostarse por los múltiples beneficios que produce la inversión en el bienestar de los equipos y considerar que la salud psicosocial es algo muy positivo y útil para la humanización, para los profesionales y pacientes.