José Carlos Bermejo

Para HUGES es un honor contar en nuestros #cafeHUGES con José Carlos Bermejo, uno de los pioneros de la humanización en salud, Director del Centro San Camilo (Centro Asistencial y de Humanización de la Salud).  Además este #caféHUGES sirve para iniciar las actividades de colaboración entre ambas entidades suscrito el pasado día 6 de junio.

Experto en humanización de la salud, en duelo y bioética, director máster en counselling, posgrado en duelo, en humanización, en gestión y en pastoral de la salud. Profesor de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, Católica de Portugal y Camillianum de Roma, autor de numerosos libros y artículos en español, portugués e italiano.

1 ¿Qué es para Ud la humanización?

Humanizar para el diccionario es hacer algo humano, familiar y afable, ablandarse, desenojarse, hacerse benigno. Es buscar el bien, entrar en la condición en que se encuentran los demás, compadecerse de lo que viven y desencadenar dinamismos de solidaridad que alivien el sufrimiento ajeno. Esto tiene muchas implicaciones en salud. Se trata de trabajar por llevar las cosas de como son a como sentimos hondamente y comunitariamente que deberían ser. Deberían no existir listas de espera, debería tratarse a las personas como lo que son, no como enfermedades, debería importantos lo intangible, pero profundamente humano, como la dimensión emocional, social, ambiental, espiritual, familiar. Cuando un individuo enferma, necesita ser mirado en todos los procesos, con esta perspectiva holística y humanizar comporta adqurir competencias blandas para entablar lo genuino del mundo del cuidado y la salud, que es la alianza terapéutica.

2 ¿Tiene alguna experiencia personal en el mundo de la humanización de la sanidad?

Dirijo el Centro de Humanización de la Salud desde hace 30 años. Pertenece a los religiosos camilos. Yo lo soñé y le hemos dado vida a base de atención a mayores dependientes, personas al final de la vida (cuidados paliativos), atención a domicilio, atención a personas en duelos complicados  y a base de formación variada: universitaria como másters en counselling y en duelo y de otro rango sobre temáticas psico-socio-espirituales. Tocamos temas de comunicación, de ética, de final de vida, de espiritualidad, de duelo. Jornadas, cursos, másters… han formado a miles de profesionales de la salud. Hemos conseguido dar el toque más humanizado que uno pueda imaginar a la Unidad de Cuidados Paliativos San Camilo, en Tres Cantos, Madrid, considerando que es para los pacientes, pero también para las familias y los trabajadores. Terrazas donde se saca la cama, decoración temática, bodega con chimenea y cocina… son algunos elementos que pueden llamar la atención, pero son las personas las que tienen “corazón de madre” para con los enfermos y eso es experiencia de humanización. Llevo muchos años formando profesionales de la salud en estas dimensiones, en España, Italia, Portugal y todos los países de América Latina.

 

3 ¿Como humanizaría el mundo de la gestión?

Impregnándola de valores. Poniendo encima de la mesa la razón del corazón junto a la razón de la inteligencia intelectiva. Eficiencia, efectividad y afectividad se han de dar cita en el pensar, planificar, evaluar, decidir… La actitud de la empatía es una clave fundamental para que quien lidera  y gestiona piense con la razón de quien es el protagonista del sistema. No se puede perder del horizonte que hablamos de medicina, no de veterinaria de cuerpos humanos. La tecnología es muy importante, pero el desplazamiento que se ha ido produciendo de la dimensión cultural, social, psicológica y espiritual, es deshumanizador. Las facultades de medicina y enfermería han de rescatar el arte de ser profesional de la salud y ayudar a los futuros profesionales a ser artistas, humanistas, artesanos.

4 ¿Opina que los valores y la ética van de la mano a la hora de re-humanizar la organización?

Los valores son la esencia de la ética. La ética es la parte de la filosofía que se ocupa de gestionar las preguntas por qué es el bien y el mal, lo justo y lo injusto, lo que nos hace felices e infelices. Son los valores el corazón de la ética, los que dan sabor y sentido a la praxis humana, particularmente en salud. Valores como el amor por el paciente, la genuina compasión, la empatía, la veracidad, el respeto sagrado por la dignidad de cada individuo, están en el centro del proceso de humanización. Lo definen.

5 ¿Dónde debe iniciarse la humanización?

Por uno mismo. Pero hemos de trabajar en los espacios formativos. No solamente con acciones de sensibilización, sino con procesos de acompañamientoa los futuros profesionales para especializarse en counselling, en gestión de duelo, en liderazgo emocional y valórico. Una particular responsabilidad la tiene la Universidad. No podemos continuar enseñando “a contar mitocontrias hasta con los dedos de los piés” y no enseñando a escuchar, a comunicar malas noticias, a detectar necesidades emocionales y espiituales. Es grave lo que sucede en este periodo formativo. Y después en el ámbito de la gestión de los recursos. El poder de las empresas desequilibra el poder político y es difícil la transparencia y la veracidad.

6 ¿Conoce a algún personaje histórico que fuera humanizador?

Tenemos referentes recientes, como el Dr. Albert Jovell, médico, sociólogo y paciente; pero hemos tenido al Dr. Pedro Laín Entralgo, y al Dr. Gregorio Marañón. Tenemos al Dr. Diego Gracia y… no olviemos referentes históricos que han realizado reformas muy potentes en salud como San Camilo de Lellis y San Juan de Dios, patrónos católicos de enfermos, enfermeros y hospitales. Su reforma fue una humanización que ya quisiéramos hoy reimplementarla. El humanizador por excelencia fue Jesús de Nazaret. Se tomó tan en serio el sufrimiento humano que, como sanador, generó un movimiento de compasión por los que sufren que ha arrastrado a muchísima gente en los cinco continentes y en veinte siglos. Está por descubrir y estudiar como personaje histórico.

7 Por su experiencia como pionero de la humanización como cree que debería enfocar el Proyecto HUGES sus actividades?

Creo que los diferentes proyectos que hay, podrían caminar relacionados entre sí, con la libertad de quien no cae en la trampa de competir exclusivamente. Para mí es el momento de invertir en la formación de líderes. También de pensadores que profundicen. Es muy importante la labor de difusión y mentalización, pero no lo es menos la de investigación en profundidad. No solo la investigación para sacar pequeños estudios en las revistas de impacto, sino las que van a las raíces, que conseguirán dar sólidas ramas y frutos no solo a corto plazo, sino a la larga.